Rodeado de una parafernalia y casi diría de un boato impropio del protagonista del evento, persona sencilla nada dada a este tipo de situaciones, comenzó la exposición de argumentos que pronto pereció ahogada en una marabunta de referencias y alegaciones que bajo mi punto de vista poco o nada sirvieron para aclarar cuestión alguna. El señalado, tal vez en lo que era un gesto calculado, decidió permitir que su alegato naufragase en un torrente de fechas y nombres que solo satisfizo a sus correligionarios y simpatizantes, dejando una estela de dudas o simple indiferencia entre el resto. Confeccionado el acto como una réplica de defensa a los ataques que recibe el considerado como alma intelectual del partido, este terminó por trocarse en simple acto electoralista y partidista de ataque frontal a los partidos del denominado por ellos " régimen del setenta y ocho" , y como tal es como habría que percibirse. Para el que suscribe estas lineas el acto en si ha sido un error político, de cuyas consecuencias quizá no se derive nada, porque acabe diluyéndose en el olvido, ya sea porque aparezcan otros episodios que lo ninguneen, o por otras circunstancias. En política, ya se sabe, resucitar viejos fantasmas o hechos superados, en ocasiones permite encontrar argumentos que el día a día no encuentra o no ofrece, convirtiendo el ejercicio y practica activa en la " res pública", un constantes juego de idas y venidas que recuerdan a las teorías del eterno retorno: nada perece y todo vuelve, cualquier viejo argumento aparentemente superado puede volver a ser centro de atención y de actualidad.
¿ Por qué la comparecencia puede ser considerada un error? He aquí brevemente la exposición de motivos:
.- Por el manejo de los tiempos. En política dejar pasar el tiempo para documentar una réplica ante un ataque es dar ventaja a quien ejecuta la acción de ataque; supone permitir que abunden comentarios en medios afines y no afines que trasladados a la calle alimentan siempre el argumentar del que ataca, dándole alas. Justificar el retraso de tres semanas en que había que buscar decumentación vieja o en que coincidió la polémica con las fechas de exámenes, período de intensa actividad académica, es cuando menos una justificación burda que raya en lo infantiloide. Si antes pudo compaginar las aulas con las tribunas públicas o los estudios de televisión, ahora también debe encontrar tiempo para hacerlo.
.- Por la opacidad del mensaje transmitido. Con apenas documentación visible, una factura emitida por el Banco del Alba sin respaldo de contrato o publicación alguna, alimenta las opiniones de aquellos que ven a Monedero como una especie de comisario político del "chavismo" en España; alguien que recibe dinero en cantidades generosas, que filtra a través de una empresa cuyo nombre ya invita a la sospecha ( Caja de Resistencia ), y que recibe usos como la producción de programas televisivos en canales de segundo nivel, como es el caso de "La Tuerka", programa que presenta el aludido, recibiría financiación a través de estas actividades para lanzar un mensaje nada condescendiente con el régimen y las instituciones actuales. Es fácil establecer analogías, gracias a la torpeza en el diseño de esta comparecencia.
.- Caer en el victimismo. Dar pena es una estrategia que en pocas facetas de la vida en general da buenos resultados; en política suele ser base para justificar aun más los hostigamientos y encender los ánimos. Sentirse víctima de campañas de acoso y derribo es algo demasiado viejo como para utilizarlo de defensa. Quien se faja en la confrontación política debe hacer frente a contingencias de este tipo, sin buscar subterfugios de ningún tipo. Apelar a la condición de académico e intelectual cuando se ejerce la política es un argumento ingenuo y absurdo. O se esta a una cosa o la otra, y si se esta a las dos hay que saber dar la cara cuando la situación lo exige. Monedero hace años que juega a ser intelectual que asesora a gobiernos, no puede pretender que esa actividad se contemple como ajena a lo político y al debate político y menos aún si una parte de la ciudadania percibe esa actividad como una injerencia de otros estados en la política interna española.
Con esta última parte enlazo con el título de esta entrada, excusatio non petita, accusatio manifesta. Quien siente que debe dar explicaciones cuando recibe críticas en el fondo da la razón a quien se las exige. La comparecencia de Monedero se hubiera resuelto mejor con un comunicado de prensa y con sucesivas comunicaciones que dieran tantos pormenores como su partido considerase necesario. Y nada hubiera cambiado. Los que están convencidos de votar a Podemos no van a cambiar su intención, ya que son causas vitales y muy pasionales las que les mueven a buscar un cambio, del mismo modo que detractores y asimilados seguirán en la idea de atacar la línea de flotación de un partido muy poco consolidado en lo estructural y organizativo, como es lógico por otro lado por el tiempo transcurrido desde su fundación y como ha demostrado bien claro la respuesta que se ha dado al aluvión de criticas y comentarios recibidos por este asunto. Tres semanas para decir esto, sólo alimenta especulaciones y dudas, que el propio Monedero ha cimentado, ( ¿ Tiene que pedir permiso a Venezuela para publicitar unos contratos y sus colaboraciones en estudios e informes?, ¿Desde cuándo un intelectual independiente debe pedir permisos por sus trabajos? ). El tiempo dirá cual es el futuro de un profesor que como académico y pensador hace tiempo que vendió su alma al diablo, al no ser capaz de establecer una línea de separación entre intelectualidad y política.