Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 31 de marzo de 2016

Historias de barrio. 0

 Dice Vargas Llosa que un buen escritor es aquel que deja que los temas elijan sus historias y no al revés, que sea el propio escritor el que decida qué escribir. No prentendo con esta entrada arrogarme la consideración de ser buen creador con la pluma, no está en mi fuero interno la necesidad de mentir, mucho menos la de mentirme a mi mismo, considerándome capaz de poner negro sobre blanco historias que puedan entenderse como meritorias, ni mucho menos; vivo instalado en la creencia de no tener especial talento para nada y hago más bien gala de ello, al considerar que no hay mejor virtud que la de ser uno más del montón. En la normalidad está la excelencia, al igual que en la sencillez está la base de cualquier éxito.

 Para variar me voy por la tangente. La introducción de arriba tiene por objeto anunciar un nuevo proyecto, otro más que sumar al de las reflexiones de escéptico, que de cuando en cuando vengo detallando en este blog, y cuyo título, Por que soy escéptico, es un pequeño homenaje a uno de mis filósofos de referencia, Bertrand Russell. Este nuevo proyecto tiene por objeto relatar pequeñas historias de mi barrio, Moratalaz, cuyas calles y parques me han dado un buen puñado de historias que referir en estas lineas, a fuerza de cruzarme con ellas día a día, sirviendo de excusa para continuar practicando mi pasatiempo favorito, el de escribir. Este nuevo conjunto de historias tendrán por título Historias de barrio.

 Manos a la obra. Empiezo desde ya mismo la labor de documentación para darle a mis entradas una mínima pátina de rigor histórico. Ilusionante nuevo proyecto al que espero echar muchas horas de trabajo. Ojalá sepa transmitir por este medio las ganas y el empeño que me acompañan en ello. Que llegue pronto la primera entrega de la saga.

  Salud y... ¡ Más salud!

miércoles, 30 de marzo de 2016

Por qué soy escéptico. 7

 Si ya referíamos en otro momento la difícil convivencia que un escéptico tiene con la fe, más difícil aún parece encontrar algún tipo de equilibrio con la pasión. La pasión lleva añadidos a su condición determinados elementos que son contrarios al estado de prudencia y control que va aparejada a quien se declara seguidor de la escuela de Pirrón. Pasión es por regla general opuesta a la razón, pese a que en algún juego de palabras se diga que puede tenerse pasión por la razón, la razón desapasiona, convierte a quien la busca y practica en alguien metódico, acostumbrado a esperar para tener con qué cotejar aquello que persigue y con lo que especula racionalmente, mientras que aquella otra conlleva espontaneidad, vehemencia, cualidades al fin y al cabo alejadas de la búsqueda de un estado de afasia propio de quien duda de todo y por ello busca adquirir tranquilidad, la cual te convierte en alguien  prudente, permitiéndote vivir en un grado de razonable falta de alteración pese a la ausencia de certidumbres plenas.

martes, 29 de marzo de 2016

Moros y cristianos

 Angustia. En una sola palabra se resume con total amplitud y rotundidad el estado de ánimo en que vivimos inmersos. Esa angustia es fruto del miedo a no contarlo, a ser la próxima víctima de un ataque indiscriminado que no respeta a nada ni a nadie.

 Somos blanco en una diana de una nueva fase de terrorismo en edad avanzada, que ha mutado en una máquina terrible de destrucción. Todos somos objetivos potenciales de unos asesinos obsesos que no contemplan piedad alguna ni para ellos mismos, al ser también victimas de sus acciones, perpetradas con la siempre impactante modalidad de la autoinmolación en el lugar donde se busca hacer daño y asesinar.

 Incapaces de digerir el grado de atrocidad, por ahora nuestra reacción es timorata; al duelo en forma de actos simbólicos llenos de velas, manifestaciones y muestras de dolor en redes sociales, se unen iniciativas gubernamentales castrenses, en formato de bombardeos aéreos en una zona ya de por sí espantosamente castigada, donde las bombas matan indiscriminadamente, sin distinguir a moros o cristianos  en lo confesional. Con rabia y sin cabeza no terminarán las acometidas de esta mala bestia que en formato difuminado corresponde a unas siglas, ISIS, cuyo afán destructor no discrimina a leales a su fe o condenados por negarla. No hace falta ser muy inteligente ni tener nociones de geopolítica para saber que detrás de esas reivindicaciones solo hay una propaganda burda, que busca alejar la disputa de su tablero real, el de unos intereses creados, seguramente económicos y territoriales de control, entre otras cosas, de los recursos naturales, o áreas de influencia, de cuyas acciones son principalmente damnificados los cientos de miles de desplazados que huye de la guerra, gastando cantidades ingentes de dinero en fletar una miserable lancha motora que nos pocas veces les conduce a la muerte en el Mediterráneo. Para muchos resulta increíble que prefieran esa vía de escape antes que pagarse un billete de avión a algún otro país árabe, más económico y próximo. Hay quien ve en estas migraciones ingentes un intento de invasión desde oriente, una forma de camuflar mas insurgentes terroristas para seguir socabando la moral de occidente a base de bombas. Sea como fuere, los campos de concentración con vallas de alambre con espinas vuelven a vislumbrase en los campos de centro Europa, donde países con Hungría o Austria lidian con un problema sobrevenido que trata de arrinconarse en Grecia y sobre todo Turquía. 

  En un mundo donde la imagen se hace mas patente que nunca desde que todos somos reporteros con nuestros dispositivos móviles, (aún recuerdo la espeluznante caza y masacre a Gadaffi en su derrocamiento en Libia), la capacidad de impactar y conmover llega a límites insospechados. Aquellos que saben que esa capacidad es una baza a su favor para continuar con su particular guerra, usan el pretexto religioso como pantalla desde la que esconder la realidad: hay miedo a que la Primavera Árabe comenzada en Túnez pueda expandirse, reorganizando el tablero de equilibrios y controles hasta ahora impuesto en la zona y que trata de preservar el denominado Estado Islámico.No en vano todos aquellos países que han pretendido promover aires de cambio han sido duramente castigados: desde la propia Túnez, Yemen, Libia, Paquistán o la propia Siria, principal damnificada y centro neurálgico donde se esta jugando esta partida de dimensiones globales.

  Podemos y debemos hacer algo más que enviar aviones a bombardear terreno ya yermo y destruido en acciones que son simples vendettas ineficaces, que como mucho provocarán más daños colaterales en una población terriblemente asolada. Esta no es una guerra entre moros y cristianos, es una guerra de control geopolítico, donde los principales actores: Rusia, China, EEUU y la Unión Europea deben determinar su grado de implicación. Algunos países de la zona no están por la labor de perder su liderazgo político, siempre embadurnado de cariz espiritual a través de la Sharia, financiando con dinero a espuertas las acciones de este ejército de mercenarios cuidadosamente entrenados y reclutados en aquellos lugares donde atentan. Coordinando esfuerzos, cerrando vías de financiación  y comercio, organizando una política efectiva de auxilio y asilo por razones humanitarias, ganaremos esta guerra que busca captar adeptos con el maltrato de aquellos que se desplazan por miedo a las bombas. Es un error desentenderse de quienes vienen a Europa huyendo de la muerte; ganando la batalla de la opinión pública en estos países, que buscan una libertad que ahora les deniegan, habremos avanzado un enorme terreno en la batalla por eliminar a estos sicarios asesinos. Cabeza fría y determinación. Ya.

jueves, 3 de marzo de 2016

Anómalo

 Mañana es la segunda vuelta de esta sesión de investidura anómala, tan diferente a ninguna otra que el candidato que se somete a ella no forma parte de la lista más votada en los comicios del pasado mes de diciembre.

  De un tiempo a esta parte todo es anómalo. Anómalo está nuestro bolsillo, lleno de agujeros tan grandes que no hay parche alguno que consiga taponar la hemorragia de calderilla que se cuela por los descosidos desde hace ya la friolera de ocho años. Anómalos son también los comportamientos, las reacciones de la gente. Es época de excesos, de extremismos, de posturas rotundas y contundentes, de postureos abrumadores, de reacciones desairadas, de lenguaraces que se reproducen por las televisiones como champiñones, de doctores que sientan cátedra sin tener ni puñetera idea de por dónde vienen los tiros, ni menos aún de cómo esquivarlos. 

  Cargamos excendentes de contumacia, la tenemos a raudales, ¡Què alguien la tarifique y le de salida para exportarla! Qué característica arraigada en el ADN patrio que nos hace caer una y otra vez en los mismos errores sin aprender de los girones que éstos van dejando en el pasado. Mañana seremos testigos de una nueva vuelta de tuerca, donde el orgullo y la cerrazón darán paso a otra oportunidad perdida, a otra semana de desgobierno, a otra etapa de incertidumbre, de falta de liderazgo. ahora que hace más falta que nunca contar con quien tire del carro. Aquí somos así, unos dirán que somos Quijotes y que así vamos por la vida. Mejor llamar a las cosas por su nombre: somos esencialmente anómalos, y como tales, vivimos al día sin mirar para atrás y sin importarnos un bledo lo que pueda pasar mañana, por mucho que nos quejemos.