Hoy es uno de noviembre. Al fin. Por fin acabaron las cuatro semana mas tristes de los últimos cuarenta años. Vaya mes de octubre. Lo empezamos con una convocatoria de referéndum que termino como el rosario de la aurora y lo hemos finiquitado ayer con una rueda de prensa esperpéntica en la que un ex president de la Generalitat, juega a expatriarse tratando de convencer a propios y extraños de que es un perseguido.
Como decía mi abuela no hay peor ciego que el que no quiere ver. También decía que en este país no cabían ya mas tontos porque teníamos el cupo lleno. Se equivocaba. De entonces a ahora, el numero de tonto-ciegos ha aumentado a marchas forzadas, a juzgar por lar hordas de acólitos que algunos arrastran, convertidos en profesionales de la estupidez de la que sacan tajada.
Así que ya puestos, en medio de tanta gilipollez, yo solo pido que llueva. No ya por que lo necesiten los pantanos que nos dan de abrevar, ni las resecas huertas que amenazan con dejarnos yermas las despensas este invierno; que llueva para que se refresque el ambiente, y se limpie el aire. A ver si llenando los pulmones de aire húmedo se nos limpian las meninges y dejamos de montar circos que sonrojan a todo el mundo.
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